Seguro que has visto alguna vez una mesa de luz y te has preguntado ¿Para qué sirve? ¿Qué materiales usar en ella? ¿Es buena idea tener una en casa o sólo la utilizan en la escuela? Así que, en este post voy a poner palabras a todas las dudas más frecuentes y te voy a explicar todo lo que necesitas saber sobre las mesas de luz.
La mesa de luz es un recurso educativo que se creó con la metodología de Reggio Emilia, en la que el niño o niña es el protagonista. El adulto es un colaborador y guía, y el espacio se convierte en un tercer maestro. Una filosofía en la que los niños son constructores activos de su propio conocimiento. Las mesas de luz son perfectas para explorar la luz y las cualidades de los objetos: Como su color, opacidad o transparencia. Permite mirar de manera alternativa a los objetos cotidianos y al mismo tiempo crear un novedoso escenario para el aprendizaje del lenguaje, las formas y el entorno.
En Kinuma nos encantan aquellos juegos pensados para trabajar los estímulos sensoriales, aquellos en los que los sentidos están puestos al 100% en aquello con lo que están jugando. Y las mesas de luz hacen precisamente eso: Pueden explorar diferentes texturas, materiales o transparencias. Les hace ver más allá, colores más profundos, detalles de hojas y flores, bordes y siluetas más definidas… En definitiva, permite enfocarse en el material y el objeto mucho mejor. Cualquier material sencillo se convierte en extraordinario y se pueden pasar horas experimentando.
Hay tantos beneficios del juego de luz, que no sé por dónde empezar.
De entrada, las mesas de luz son un recurso genial para la ciencia, la exploración y el descubrimiento. Pero, además, ¡las mesas de luz son ideales para muchas más cosas!
Además, como los niños se sienten atraídos naturalmente por la luz de la mesa, y a menudo se calman con la estimulación visual mientras exploran, dicen que es un gran recurso para niños diagnosticados de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)
La mesa de luz sin complementos es realmente poquito útil. Pero ¡que no cunda el pánico! Conseguir complementos es muy muy fácil. Podemos utilizar aquello que encontremos por la casa, como sémola, harina y semillas, o tierra, flores, hojas o cualquier elemento que encontremos por el patio. Pero también, te voy a explicar nuestra mejor selección de materiales que nos ayudarán a profundizar en aspectos lúdicos:
Los bloques sensoriales son un must para la mesa de luz, porque con ellos no sólo se experimenta con los colores, si no también con las diferentes texturas, formas y líquidos que vienen.
Estas varitas magnéticas con aros de colores son geniales para aprender conceptos matemáticos y de probabilidad mientras juegan en la mesa de luz. Imagínate a tu peque separando los aros por colores, usándolos para practicar las sumas y las restas, aprendiendo cómo funcionan los imanes…
Si lo que queréis es trabajar la lectoescritura, estas letras de silicona son una gran idea para aprender en la mesa de luz. Además, tienen impresas la dirección del trazo facilitar el aprendizaje de la lectoescritura.
Las semiesferas son ideales para mirar a través de ellas, pero además, estas también sirven como lupas de colores, cuando se colocan sobre un objeto lo amplían unas 4 ó 5 veces. Mezclar colores o poder ampliar objetos (como por ejemplo, hojas y flores) sobre la mesa de luz, son dos de las grandes actividades que se pueden hacer con este recurso.
OJO. estas formas geométricas, por muy sencillas que parezcan, también son un must en las mesas de luz. Es un material perfecto para aprender sobre geometría y matemáticas. Pero es que también son una pasada como recurso artístico, para entender los colores primarios, los colores aparecen cuando se mezclan… Pero, es que además, para los que seáis fans de las mandalas (como yo) este material es una maravilla para ello. Una actividad de lo más relajante para usar junto a la mesa de luz.
Estas 6 familias de silicona flexible nos encanta para el juego simbólico. Por supuesto, también es perfecto para trabajar el orden, la clasificación numérica, patrones… Pero como además todos los personajes son intercambiables entre sí., se convierte en un material súper entretenido para jugar en la mesa de luz y para explicarles que no hay dos familias iguales. La posibilidades son infinitas y, con estas familias conectables, podrán crear historias y comprender el ciclo de la vida.
Otro puntazo que tienen las mesas de luz es que no es un recurso que limita o discrimina por edad. Están recomendadas a partir de los 3 años en adelante. ¿Se pueden utilizar antes? Pues me atrevería a decir que sí, pero teniendo siempre en cuenta que no les moleste excesivamente. A los bebés les encanta todo aquello que se ilumina, que irradia luz, así que haciendo un buen uso de la mesa de luz, seguro que es un acierto para aquellos peques que ya sienten curiosidad. Por ejemplo, una propuesta de juego que podéis hacer para que nos les incida la luz de forma muy directa, es poner una sábana fina y jugar a hacer sombras chinas.
¿Y edad máxima? ¿Cuando son mayores se aburren de ella? ¡Para nada! La mesa de luz en un producto que va evolucionando y adaptándose con la edad. Cuando son mayores les encanta calcar dibujos sobre ella, o por ejemplo, se puede poner un cubo transparente encima y jugar con agua, arena y texturas varias. De hecho, siempre decimos que es un material válido hasta los 99 años. Porque para la gente mayor también se puede convertir en un recurso educativo y motriz genial.
Las hay de diferentes tamaños y formas, y me atrevo a decir que cualquiera de ellas funcionan igual de bien tanto para casa como para el aula. Al final dependerá de las necesidades o de las posibilidades personales. Pero te voy a hablar y recomendar nuestras TOP 5 favoritas:
Al igual que la anterior, esta mesa de luz es un clásico en ventas. Su tamaño es ideal para usar en la escuela o para tener en casa y poder compartirla entre varias personas a la vez.
El formato redondo es genial para trabajar en grupo, pues es accesible desde todos los lados.
Una versión más grande de la mesa de luz redonda anterior, con más facilidades aún para usar en grupo.
Una mesa de luz ideal para los que no sepáis dónde colocarla. Viene integrada en una mesa de madera con altura regulable.
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