¡Mamá, papá, me aburro! ¿Qué hago?... Esta frase parece que implica tener que solucionarles el día a los niños, así que, o les ponemos delante una pantalla, o les apuntamos a muchas extraescolares: teatro, inglés, deportes, clase de guitarra... Y de padres pasamos a convertirnos en animadores infantiles que llevan a los niños de un lado a otro sin descanso.
Pero quizás la solución pasa por el camino contrario: Dejar que se aburran. Os aseguramos que los niños (que son los verdaderos profesionales del juego) serán capaces de encontrar ellos solos la solución. De primeras, se tirarán al sofá, se quejarán o se quedarán mirando al techo sin saber qué hacer, pero, en un rato, verán las opciones que tienen a su alcance y seguro que se les ocurrirá un plan B. Ese rato de aburrimiento les da a los niños la oportunidad de explorar su mundo interno y externo, se convierte en un puente hacia el encuentro con uno mismo, les desafía a explorar sus propias pasiones, y les llena de creatividad y de aprendizaje.
Aún así, resulta interesante analizar el porqué del precoz aburrimiento de los niños y niñas con sus propios juguetes. A nosotros, como padres y madres, nos da coraje ver la cantidad de juegos de los cuales disponen y que a su vez ignoran. Pero la realidad viene a que están sobre estimulados y tienen tanto donde escoger que no saben encontrar nada que les satisfaga y llene sus ganas de juego.
Para estos casos, desde Kinuma somos partidarias de tener en casa algún juego libre de normas e instrucciones que les permita crear sin límite y con el que cada partida pueda ser una historia distinta; un perfecto ejemplo son los juegos simbólicos o los de construcciones. A continuación, os compartimos algunas herramientas con juegos muy recomendados para estos casos que seguro les ayudarán a sacar su faceta más creativa a la luz.
Ya veréis como sus soluciones al aburrimiento suelen ser más sorprendentes de los que creemos. "El aburrimiento es un trampolín a la creatividad, te fuerza a imaginar un plan para salir de él"
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