Es una herramienta orientada a niños/as a partir de tres años para trabajar tanto la conciencia fonológica como la aproximación a la lectoescritura y a la formación de palabras, apoyando la segmentación fonética en la lengua de signos, de modo que se convierte en un concepto intangible (el fonema) en algo físico (el signo dactilológico) y favorece así la asimilación del mismo
Este proceso implica un nivel de abstracción que se ve facilitado con el uso de recursos de carácter visual (en este caso, la lengua de signos).
Nos permite:
- Aumentar la coordinación ojo-mano por lo que se forman indirectamente las bases para la lecto-escritura.
- Desarrolla habilidades fonológicas, puesto que son estas las que facilitan la reflexión y la capacidad para manipular las unidades del lenguaje hablado.
- Favorecer la precisión de los movimientos.
- Mejorar el control del propio cuerpo.
- Favorecer los procesos cognitivos básicos: percepción, atención y memoria (espacial, visual y táctil)
- Favorecer la eliminación de barreras de comunicación con personas con diversidad funcional sensorial.
- Concienciar a los niños/niñas sobre la diversidad funcional.